Visita de medianoche
Qué podrían mis ojos y mis brazos más pedir
que un sueño entre fronteras se diera lugar
abrazando a una mujer que a diario aplaudo
y de la que he visto y sentido su madurez
inscrita en palabras, firmada en sus versos
que hablan de amores y extrañan dulces besos.
Pienso, en tus visitas a medianoche, quieta
leyendo escritos ajenos, sonriente y tierna.
Qué podrían mis ojos y mis brazos más pedir
sino ser quien saborease la sal de aquel mar
en que sueles aparecer cual fantasma en calma
cual sencilla reina que dejaría todo un reino
cambiándolo por un amor, cual soñadora sirena
a quien contemplo desde lejos, libre y serena.
Pienso en mis visitas a medianoche, ardientes
sin tanto respeto, sino dando vida a unos versos.
::: Cristtoff WOLFtown :::
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